viernes, 30 de abril de 2010

Cartagena,miseria y contaminación



Estuve por fuera de mi pais varios años, y al regresar a la ciudad encuentro una población olvidada, que habita en la miseria absoluta.
Siendo Cartagena un lugar de importantes encuentros internacionales, esta realidad no se muestra.

Estoy haciendo una serie de registros fotográficos y en video para documentar la Cartagena que no se ve.
Y el registro de tradiciones populares tendientes a desaparecer, por el afán de la venta de tierras y el obligado desplazamiento de las comunidades a zonas lejanas del mar,acabando con la tradición de la pesca artesanal y sus costumbres.

Estamos a las puertas de celebrar los 200 años de independencia, pero en esta ciudad seguimos permitiendo el desplazamiento de los nativos, ¿como podemos celebrarlo cuando continuamos haciendo lo que hizo el invasor colonialista?

Hace muchos años existían en Cartagena los Bocagranderos, al darse cuenta de la belleza del lugar, ellos fueron desplazados a la isla de Tierra Bomba, una isla situada al frente de la península de Bocagrande, luego Bocagrande se convirtió en el sector turístico y residencial de la ciudad.
Con el paso del tiempo las casas desaparecieron para dar lugar a edificios gigantescos que contaminan el agua de la bahia.

Los habitantes de Tierra Bomba se ven abocados a correr la misma suerte, ya que se han visto obligados a vender sus tierras por la situacion de miseria en la que viven.

No tienen agua potable, el agua llega en tambos a la isla y el desayuno por lo general es preparado en un caldero comun en donde se fritan chicharrones y patacones de platano verde, esto se reparte entre todos, consisitiendo en una gigantesca porcion de arroz, un pedacito de chicharron y patacones.

Cuando los vientos son fuertes la pesca se vuelve imposible, y los niños enfrentan unos problemas de desnutrición terribles.
Este desplazamiento se ha hecho a punta de bala y plata, ya se han presentado casos de asesinato a defensores de estos pobladores que reclaman justicia para todos los habitantes de la zona insular de Cartagena.

Como si fuera poco en el desconocimiento absoluto de la historia, se han loteado y vendido las canteras de Tierra Bomba, el lugar de donde se sacó la mayor parte de la piedra para construir las murallas de la ciudad.

Lo particular es que por la forma en la que se zocabó la piedra, quedo una formación cóncava, que bien podria funcionar como anfiteatro natural.

Estas comunidades enfrentan el problema de la prostitución de las niñas que son llevadas a los barcos cargueros en botes, y un numero muy grande de drogadictos.

Cartagena es la ciudad que proporcionalmente tiene el indice mas alto de barrios de invasión, en el país, muchos de estos lugares quedan alrededor de la ciénaga de la Virgen, que es considerada uno de las mas contaminadas del mundo.

Existe en medio de ella una isla que se ha formado por la acumulación de cedimentación y está habitada, por un centenar de personas, todas presentan erupciones en la piel, posiblemente cáncer y multiples infecciones y problemas respiratorios ya que el suelo es de excrementos secos que con la brisa sus esporas se levantan y por consiguiente son respiradas.

Lo paradójico es que cercano al lugar se encuentra la Boquilla, un poblado de pescadores donde con mas frecuencia se construyen torres altísimas y costosas, desplazando nuevamente a los nativos, y contribuyendo mas a la contaminación.

En este lugar ocurrió un desastre ecológico hace mas de 20 años gracias a que el primero de esos hoteles de lujo se construyó encima de la principal entrada de agua salada que alimenta la ciénaga, sumandole la construcción del anillo vial, una carretera que une a Cartagena y Barranquilla, provocando una mortandad de peces y mangle.

Ya se han desarrollado sistema de bombeo y se abrió la boca de la ciénaga pero la contaminación continúa, también provocada por los moradores de los barrios de invasión que van desde las faldas del cerro de La Popa hasta la Ciénaga de la Virgen.

viernes, 16 de abril de 2010

La vida


Cuando ya nada puede ser peor, cuando ya toqué fondo y carecí de todo, cuando me di cuenta que soy un instrumento en las manos de Dios, cuando sé que la vida es un regalo diario.

Cuando la brisa me acaricia la piel, ese suave viento que alivia después de un dia de calor, que en su frescura me trae el frio del norte y pienso en la sobrina que vive en Canadá y añora el raspao que calma la sed en Cartagena.

Cuando en medio de las carencias aprecio una sonrisa sincera, de quien no conozco, pero compartimos la luz de la tarde cuando venimos cargadas con la compra del mercado en Bazurto, y me he llenado de color con esas frutas que huelen rico, apiladas estéticamente por los vendedores, gente sencilla, del campo, que con amor me ofrece lo mejor de la cosecha, que a su vez a ellos sustenta y a mi, como consumidor me alimenta, de ese amor que solo la esperanza en lo que brinda la tierra produce.

O llego al callejón Danubio y me reciben ese combo de pelaitos cariñosos, llamándome "tia", con esa familiaridad, y me dan ganas de abrazarlos y sé en ese instante que vivo una experiencia maravillosa, porque me rodea la honestidad de quien solo tiene lo esencial, y por eso es sincero, porque sus afectos brotan espontáneamente.

Entonces mi alma está rebosante, y abro las ventanas de cuatro cuerpos de mi casa y me siento a pintar mirando a los que pasan, que opinan, intervienen y me aconsejan, o se maravillan ante el prodigio del arte.

Yo me divierto porque estoy plena al saber que cada dia está lleno de bendiciones, y agradezco poder abrazar a mi madre, besar a mis hijos, reir a carcajadas, contar con los primos que son hermanos del alma, andar con los amigos, aprender cada dia, incluso en la añoranza de la hija que se fue y la nieta que aun no cargo, de la hermana con la que inventé un idioma y está lejos y del sobrino talentosísimo a quien alzaba de niño y bailábamos strangers in the night.

Me alegro,aún en la ausencia de mi padre, porque al partir me devolvió la alegría, y a veces quiero llorar porque ya no puedo compartir el día con él, mientras me enseña y cuenta esas anécdotas increíbles, exageradas y jocosas.
Pero entonces siento que sus partículas están en el aire, que él, no ha dejado de ser, y lo imagino rodeándome, o creando en los universos lejanos.

En poco tiempo muchos partieron, La tia Ligia que organizaba las mejores novenas, la tia Betty que me cuidó amorosamente cuando nació mi hijo Héctor, niñito dulce, que crece con una madurez que le ha proporcionado la vida sin amargura.

Se fué el tio Carlos, ese personaje húngaro que sobrevivió la segunda guerra mundial escapando de un campo de concentración en un barril de vino.
Que formó por años a muchos cadetes de la escuela Naval y cuando fue radio aficinado se llamó así mismo, "el romántico feliz".

Se fué el tio Meñe, gloria de la locución en Colombia.
Partió Viviana una hermana de la vida, muy joven, que vistió por última vez a mi abuela Valiente, la maestra, que no alcanzó a conocer a Juan Jerónimo, porque aún lo llevaba en mi vientre, y ahora, cada semana me trae las medallas con las que lo condecoran en la escuela por ser el mejor alumno, y a ella le hubieran hecho inmensamente feliz.

Hasta se fue Golfito el gato de mi cuñado, amarillo, consentido.
Pero yo sigo aquí, viva,vibrante, sintiéndolo todo, viendo como la casa vacía se va llenando, de objetos necesarios en este período de tiempo.
Contemplando la continuación del ciclo en Alessa Luna y sus ojos inmensos.